Desde que llegué a EEUU estoy
desarrollando una paranoia. Si salimos de casa con prisas, por la razón que
sea, y no me ha dado tiempo a supervisar las habitaciones antes de cerrar la
puerta, experimento una congoja creciente que más de una vez me ha hecho dar
media vuelta y revisar que está todo correcto. Me agobia pensar que se haya
podido quedar un fogón encendido, que no haya apagado una vela aromática o que
algún cable o transformador puedan provocar un cortocircuito. Si no he podido comprobarlo,
cuando finalmente regreso y vislumbro al final de la calle nuestra casa, me
alivia ver que no hay un tumulto delante, mangueras o una montaña de cenizas y
que la vivienda sigue ahí, lozana e intacta.
Nunca antes había tenido este tipo de
pensamientos y creo que me lo provocan los enormes camiones de bomberos
americanos y el estruendo descomunal que provocan sus sirenas cuando se ponen
en funcionamiento. Si a ello sumas las noticias constantes en los medios de
comunicación sobre incendios en viviendas y el ver cómo construyen aquí las
casas a base de tablones de madera, creo que tengo motivos más que suficientes
para que un buen abogado denuncie en mi nombre al sistema norteamericano por
crearme un trauma del que no creo que me recupere mientras aquí viva.
Uno de los detonantes de mi paranoia fue darme
cuenta de que todas las casas tienen el tiro de las chimeneas por el exterior, lo
que a mí me parece un desperdicio de energía calorífica que se podría
aprovechar para la vivienda; pero pensé que sería para facilitar el aislamiento
de las partes combustibles de la casa. ¡Qué preocupaciones tan absurdas tienen
estos americanos!
Luego, me quedé puesta al ver cómo
construían y darme cuenta de que esas partes combustibles son toda la
casa: es una estructura hecha de pilares y vigas de madera sobre las que se
sostienen tanto las paredes como el techo (también de madera) dando como
resultado que aproximadamente cada metro haya una tabla de ese material. ¡Qué
bonita falla podría ser!
Posteriormente me percaté de la
sensibilidad que tienen los detectores de humo de mi casa. Antes de que mi
agudo olfato detecte que el aceite se está calentando demasiado, un irritante
pitido agudo empieza a atronar el pasillo del primer piso obligándome a
resetear el sensor (al principio tenía que coger la escalera o una silla para
llegar hasta el techo jugándome una buena caída con las prisas, pero ahora
tengo ya bien a mano un palo de manera que se adapta perfectamente al botón).
¡Qué a menudo deben de producirse fuegos para que haya sensores en todos los
pisos!
Sólo se salvó del incendio la casa del español |
Creo que podría ganar el caso y que una
bonita sentencia inmortalizara mi nombre en la jurisprudencia. Pero, si la
madera es tan combustible y tienen que tomar tantas medidas de seguridad, ¿por
qué no eligen otro material para construir sus casas? ¿Acaso nadie aprendió
nada de aquel devastador fuego en 2007 en Rancho Bernardo (California) cuando
todas las casas de una calle quedaron calcinadas excepto la que era de piedra y
teja que, no por casualidad, era de un catalán?
Pero, dicho lo anterior, me encanta descubrir lo que está
detrás de la construcción local:
- que la tradición arquitectónica norteamericana viene marcada por su condición de colonia temporal inglesa y en aquel momento construyeron las casas principalmente con madera.
- que Estados Unidos tiene una enorme superficie de bosques y aquí la madera es un bien abundante, económico y fácil de trabajar.
- que la enorme extensión de este país encarece trasladar los materiales de construcción y no puedes andar moviendo ladrillos o tejas por todo el país sin que encarezca la obra.
- que la madera es un material muy flexible que soporta movimientos sísmicos mejor que otros materiales y en caso de daños es más barato de reparar.
- que la madera es un material aislante y no un puente térmico, por lo que es más cálida en invierno y más fresca en verano, cosa muy conveniente en un país con tal variedad de climas.
- que la construcción de este tipo de casas no requiere mano de obra muy cualificada y esto cuaja muy bien con la mentalidad americana del DIY (Do It Yourself, házlo tú mismo).
- que los americanos tienen mucha movilidad geográfica y cambian muy a menudo de residencia por lo que no entra dentro de su mentalidad invertir en una casa costosa para toda la vida.
- que a los americanos les gusta la inmediatez y construir con este material es rápido (esas escenas de las películas del Oeste en que todo el pueblo se junta al amanecer para construir la casa de un vecino y por la noche ya se puede dormir dentro son factibles)
- que la construcción con madera es más ecológica y sostenible al ser un material natural, biodegradable, reciclable y no derivado del petróleo, aunque ello no implica que los americanos sean muy ecológicos, más bien al contrario, y no parece que Donald Trump vaya a cambiar la tendencia.
Sinceramente, me encantan las
casas de aquí; me gustan sus estructuras
y cómo las recubren, sus crujidos, el olor que
desprenden, la calidez de sus suelos. Les perdono que permitan que se oiga
todo, que me hayan vuelto loca cuando quería colgar cuadros o que requieran
mucho mantenimiento. Entonces, ¿por qué me estoy volviendo paranoica? ¿No estaré
tal vez desarrollando un trastorno bipolar que me hace pasar del amor por sus
casas al pavor por sus incendios? Me conviene aclararlo antes de contratar al
abogado. Mientras tanto voy a tocar madera para que a mi casa no le pase nada.
Post-post
Y podéis pinchar los links para que veáis que no suena igual "Tocar madera" que "Knock on wood"
¡Así que así de las gastan estos americanos! No tenía idea de que estaba tan generalizado y mira que me he visto programas de reformas en Divinity cuando estoy en España! Y ¿de verdad es más barato? Hace unos días en Bilbao vi una casa en construcción que seguía este sistema.
ResponderEliminarComprendo perfectamente tu miedo y me encanta la foto de la casa del catalán que por desgracia se ha quedado sin vecinos.
Besos desde Q8
Sí, yo también había visto alguno de esos programas antes de llegar y no me creía que con un simple mazo demolieran una casa. Así es, un mazo o un puñetazo, como si fueras el increíble Hulk. Sí pienso que es más barato (aquí no, porque la mano de obra es muy costosa, a no ser que optes por el DIY) pero exige mantenimiento constante. Y también sí, está muy generalizado: lo raro es encontrar casas de otro material. Más besos para tí.
EliminarComo siempre brillante y entretenido. Gracias!!
ResponderEliminarGracias a tí por leerme, Paloma. Besos.
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