Estados Unidos es un país muy religioso.
Un 87% de sus habitantes declara profesar alguna religión: católicos,
protestantes, ortodoxos, judíos, musulmanes, budistas, sijs, zoroastrianos,
bahais... Si buscas la religión más remota, aquí la encontrarás. Ante tal
variedad de credos uno tiende a pensar que lo más sencillo para asegurar la
convivencia es apartar la religión de cualquier ámbito estatal para no ofender
susceptibilidades y, sin embargo, aquí eso no es así. Estados Unidos no es un país
nada laico y eso me deja puesta.
Dios está en todos los billetes y monedas de Estados Unidos |
Y eso se ve claramente en la Catedral
Nacional de Washington, la segunda mayor de Estados Unidos y la sexta del mundo.
Es la sede del obispo de la iglesia episcopal y sigue la liturgia anglicana,
pero se considera una casa de oración para todo el mundo. Desde su púlpito han
hablado ministros de todas las creencias religiosas y es, a la vez, el lugar
habitual de celebración de las principales ceremonias gubernamentales.
Numerosos funerales de presidentes estadounidenses han tenido lugar entre sus
paredes neogóticas y los servicios religiosos del “Inauguration Day”, el día
que toma posesión el presidente de los Estados Unidos, se suelen celebrar allí
cada cuatro años con oraciones de varios credos.
El malo de La Guerra de las Galaxias |
Los "malos" de la Guerra Civil |
La bandera confederada representa a los
13 Estados del Sur que se separaron de la Unión en 1861 en defensa de la
esclavitud y se ha convertido últimamente en foco de creciente tensión como
resultado de las declaraciones racistas del autor de la matanza de 9 personas
de color en una iglesia de Charleston (Carolina del Sur). En el momento de su
detención el asesino iba en un coche decorado con el icono confederado. Dos
años después, la Catedral Nacional de Washington, siguiendo la súbita tendencia
de retirar de los espacios públicos símbolos que honren a los confederados por
su repentina asociación con la defensa del racismo, acaba de desmontar esas
vidrieras que hasta hace poco eran simples representaciones de un capítulo más
de su historia. Porque cada país tiene sus propios fantasmas y el racismo, que
no la religión, es el que acecha a Estados Unidos.
Fotos: Washington National Cathedral
Fotos: Washington National Cathedral
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