El otro día hablaba con mi hija pequeña
de lo que es ser malo, mala persona, mala gente. Yo le decía que no creo que
nadie se acueste por la noche diciéndose “jopé, qué malo soy, doy asco”. Creo
que todo el mundo se considera bueno y noble porque siempre ve una manera de
justificar sus malas acciones o sus malos sentimientos: “le maté porque me
estaba provocando”, “le robé porque me hacía falta”, “ le pegué una paliza
porque se lo merecía”, “le critiqué porque quería avisar a mi amigo de que
tuviera cuidado con él”, “le mangué el boli tan chulo porque a él no le hacía
falta”… y así cien mil ejemplos. La conversación quedó en poco más que eso y no
le di más vueltas hasta que mi amiga Lucía compartió en su Facebook una entrada
de un blog titulada: “La bondad es el punto más elevado de la inteligencia”. En
ella el autor define la bondad y la contrapone a la maldad distinguiendo entre:
- Bondad: acción que colabora a
que la felicidad pueda aparecer en la vida de otro.
-
Crueldad: utilización del
daño para obtener un beneficio.
-
Maldad: ejecución de un daño
aunque no adjunte réditos.
-
Perversidad: cuando hay
regodeo en infligir daño a alguien.
-
Malicia: desear el perjuicio
de otro aunque no se participe directamente en él.
Pero cuando terminé de leer el post y me
puse a cotillear en los comentarios me quedé puesta: los lectores se habían
enzarzado en una absurda disputa sobre si el lenguaje utilizado por el autor
era “rimbombante” o no, ignoro si con maldad, malicia, perversidad o crueldad
pero muchos de ellos con “mala leche” o como si el artículo que acababan de
leer no les hubiera dejado el más mínimo poso.
Con mucha frecuencia veo que las entradas
de blogs que más comentarios generan son aquellas en las que la gente se
engancha en broncas, sean por el motivo que sean. No importa lo bien intencionado
que sea un comentario, siempre habrá alguien que lo malinterprete, se cabree y
se monte una de agárrate. Y es que en internet se forman unos debates masivos
en los que no hay moderación ni reglas de comportamiento, a los que acceden
personas con valores y niveles educativos muy diferentes y que en muchos casos
se esconden tras una identidad anónima. Todos creen que tienen razón y ninguno
da su brazo a torcer.
Además, las reglas del debate son muy
distintas a las que estábamos acostumbrados: hay que responder de manera breve
o brevísima (nadie lee las largas explicaciones por muy eruditas o acertadas
que sean y, además, no caben en el espacio que te otorgan), hay que ser rápido
(la mayoría de los debates se agotan en muy poco tiempo), cuantos más signos de
exclamación se pongan, mejor y el escribir en mayúsculas otorga autoridad. En
suma, a más frivolidad, más éxitos y “likes” se consiguen.
Tal vez lo mejor sea ejercer una indiferencia digital, huir a toda prisa del debate y hacerse el loco, porque gana quien da la espalda antes y deja al otro con la miel en los labios. Y no sé si eso sea el punto más elevado de la inteligencia, un acto de bondad o de perversidad pero el resultado, cuando menos, nos beneficia a todos.
Tal vez lo mejor sea ejercer una indiferencia digital, huir a toda prisa del debate y hacerse el loco, porque gana quien da la espalda antes y deja al otro con la miel en los labios. Y no sé si eso sea el punto más elevado de la inteligencia, un acto de bondad o de perversidad pero el resultado, cuando menos, nos beneficia a todos.
El pan de cada día.
ResponderEliminarEn internet todo el mundo se cree libre de menospreciar, criticar y atacar al prójimo, irás viendo o habrás visto ya que los halagos son muy pocos. A mi hay gente que me comenta solo cuando me olvido una "h" o por las relaciones de amistad que tenga, en fin raro raro..... Si llegan a tu blog y te leen será por un interés amable, si no, no entiendo para que te leen.
Feliz cumpleaños y sigue con tu buen trabajo.
Gracias, Nat. Tienes toda la razón. Pero creo que esa actitud de criticar y atacar la tenemos más los españoles (que los americanos, que procuran destacar los aspectos positivos).Tendemos más a la crítica "combativa" que a la "constructiva". Mientras tanto, indiferencia digital.
EliminarAsí es Eva! Nada como dar la cara!
ResponderEliminar¡Eso siempre!
EliminarJaaa, me alegro que aquel post haya dado para una reflexión en tu blog, siempre interesante bajo el punto de vista del que piensa, del que se cuestiona... tambien había leído los comentarios y había flipado bastante con lo del vocabulario rimbombante, me quedé pensando en la amargura latente de los propietarios de algunos comentarios haciendo gala de su crueldad como si el contenido de lo leído no hubiera calado ni lo más mínimo en sus desgastados cerebros, jaaa. Hay de todo en la viña del señor, pero a mentes más vacías, lenguas más largas.
ResponderEliminarSuscribo, completamente, tu última frase.
ResponderEliminar