
Siempre que pienso en granjas americanas
me viene a la mente una escena parecida y no puedo evitar que esos campos de
maíz me resulten aterradores. He visto demasiadas películas, lo sé, pero también
con los años me he vuelto mucho más miedica. Aquellos largometrajes de terror
que con 15 años me entusiasmaban y no me dejaban apartarme de la pantalla hoy me
resultan insoportables y al primer susto salgo huyendo como alma que lleva el
diablo.
Así que con el estómago un poco encogido,
las piernas algo blandas, el pulso un tanto acelerado y la respiración
desacompasada, decidí tragarme mis miedos y acercarme a uno de esos maizales
descomunales para realizar una de las actividades más emblemáticas del otoño en
Estados Unidos: recorrer un “corn maze” o lo que para nosotros
sería un laberinto de maíz.


Los laberintos de maíz son una atracción
turística muy popular. Para tener un laberinto listo para la temporada hay que
elegir una variedad de maíz que permita tener plantas altas y robustas y ha de
plantarse unas dos o tres semanas más tarde que el maíz para grano, es decir en
la segunda quincena del mes de mayo. Elegir el tema es importante y para hacer
los senderos se utilizan, según el presupuesto, motosierras, herbicidas o
segadoras. Siempre hay que cortar la planta desde lo más profundo para evitar
que rebrote.


Pero las actividades en estas granjas son múltiples: tirolinas, “ruedas de ratón” frenadas por balas de heno, tren
de bidones de leche arrastrados por un tractor, toboganes de sacos de yute, escalada
de balas de paja, tiro al lazo, dar de comer a los animales de la granja… etc. Diversión
asegurada para grandes y pequeños cuyas edades se encuentran en los
entretenimientos más sencillos. O en los más beligerantes, como los cañones de
manzanas donde la rica fruta es el proyectil para hacer diana en unos
bidones o unos coches situados en la distancia. El año pasado los cañones eran
de calabazas. Una buena pieza de artillería. Estoy segura de que en una granja
con ese tipo de armamento no habrá malvado que se atreva a perseguir a nadie.
Al menos yo me sentí tranquila.
Post-post:
La película “Los niños del maíz”, basada en una novela de Stephen King y rodada en 1984, explota las plantaciones de maíz para inspirar miedo. En un pueblo agrícola en Nebraska, un ser demoníaco incita a los jóvenes a matar a todos los adultos mediante unos rituales terribles para garantizar el éxito de la cosecha del maíz. Considerada como una película de culto dentro del cine de terror, su éxito comercial llevó a que se filmaran 6 secuelas y un remake. Yo no la vi en su momento y me moriré sin verla. Eso seguro.
La película “Los niños del maíz”, basada en una novela de Stephen King y rodada en 1984, explota las plantaciones de maíz para inspirar miedo. En un pueblo agrícola en Nebraska, un ser demoníaco incita a los jóvenes a matar a todos los adultos mediante unos rituales terribles para garantizar el éxito de la cosecha del maíz. Considerada como una película de culto dentro del cine de terror, su éxito comercial llevó a que se filmaran 6 secuelas y un remake. Yo no la vi en su momento y me moriré sin verla. Eso seguro.
Y si queréis saber un poco más de la granja a la que fuimos podéis pinchar aquí.
Recuerdo la peli "Los chicos del maíz" con terror todavía y hasta los campos de girasoles me dan miedo por esa película.
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