lunes, 12 de septiembre de 2016

Puestos y Cápsulas del tiempo

Mi mente está compartimentada en puestos. No tengo memoria cronológica sino geográfica. Cuando recuerdo algo lo primero que me llega es la información del país en el que ese algo sucedió y luego los detalles.  Así, cuando me preguntan sobre cualquier cosa de hace 10 años, la fecha no me evoca nada; tengo que empezar a descontar “puestos”: “a ver, llevo 1 año en EE.UU más los 2 de España, 3 de Kuwait, 2 de España y 2 de Omán” y sólo entonces me sitúo y empiezan a desfilar por mi cabeza todos los recuerdos, desde el primer día al último, como si fuera deslizando el dedo por el archivo de fotos del i-pad. Es como si el día en que llego a un nuevo destino abriera una caja en mi cerebro y la fuera llenando con vivencias hasta el momento en que la empresa de mudanzas cierra el contenedor con todas mis cajas, esta vez ya reales, cuando abandono el país.


Cápsulas del tiempo y vitrinas con su contenido
Esto me recuerda un proyecto que me encantó en el Museo de Andy Warhol, The Warhol, en Pittsburgh, Pennsylvania: las Cápsulas del Tiempo o “Time Capsules”. Durante cerca de 30 años, desde 1960 hasta su muerte en 1987, Warhol tuvo una caja de cartón convenientemente situada cerca de su escritorio. Allí iba dejando invitaciones de boda, entradas de conciertos, catálogos de exposiciones, mensajes telefónicos, facturas, fotografías, revistas, figuritas de decoración o juguetes infantiles que pasaban por sus manos. Vamos, que era incapaz de tirar nada pero, en vez de desarrollar un complejo de Diógenes, encapsulaba todo este material en una caja, la sellaba, la marcaba adecuadamente y la almacenaba. El resultado fueron 610 cajas de cartón llenas de sorpresas. Tuvo la intención de organizar con ellas una exposición que mostrara las cajas en una sala, cerradas tal cual y que el público pudiera comprarlas a ciegas, sin saber de antemano su contenido. El proyecto no fraguó y las cajas están ahora en su totalidad en el Museo de su ciudad natal, en la galería de Archivos del tercer piso. Unos cristales dejan ver las cajas almacenadas y las vitrinas exponen el contenido de una de ellas: unos 500 objetos variopintos, sin más nexo entre ellos que el haber pasado en una fecha determinada por las manos de un genio.

8 comentarios:

  1. Eres afortunada, seguro que tus traslados te obligan a limpiar de cosas inútiles tu vida. http://terapiasvigo.es/%EF%BB%BFley-de-atraccion-tecnica-del-vacio-para-atraer-resultados/

    ResponderEliminar
  2. Curiosa e interesante manera de organizar tus recuerdos y más curiosa aun la iniciativa de Mr. Warhol.

    ResponderEliminar
  3. Me encanta la idea de tu blog. Bienvenida a este mundo. ¡Te seguiré!!
    Andy Wharhol, un genio.
    Besos desde q8

    ResponderEliminar
  4. Encantador, como todo lo que viene de ti. Un beso enorme. Marisol Perea.

    ResponderEliminar
  5. Encantador, como todo lo que viene de ti. Un beso enorme. Marisol Perea.

    ResponderEliminar
  6. ¿Te han dicho alguna vez que eres un sol, Marisol?

    ResponderEliminar
  7. Querida Eva! Me encanta tu blog. No lo dejes. Un beso,ana

    ResponderEliminar
  8. Hola Eva, tu mami me pasa el enlace de tu blog. Y le agradezco profundamente poder disfrutar leyendo tus hermosas y bien contadas experiencias. Es como vivirlas de algún modo...Gracias Eva...Muchos besos,

    Pili

    ResponderEliminar