

El caso es que cada uno de los 50 Estados
norteamericanos ha adoptado frases oficiales para atraer visitantes y tiene carteles
similares de bienvenida en las carreteras que entran en su territorio. Además, los
Estados tienen “nicknames” o apodos que junto a los anteriores te dan la bienvenida
y que se suelen colocar en las matrículas de los coches. Y a mí estos me
encantan porque dan pistas sobre lo que los gobernantes quieren destacar de su
Estado, ya sea la geografía, la riqueza, la historia, la cultura… Alaska es “La
gran frontera”, Arizona es "El Estado del Gran Cañón”, Delaware es “El primer
Estado” (en ratificar la Constitución), Michigan es "El Estado de los Grandes Lagos”,
Mississipi es "El Estado de las magnolias” o California es "El Estado dorado”.
Maryland es “The Old Line State” recordando la “Maryland Line”, aquellos soldados
que lucharon en la Revolución Americana, y Virginia es “The Old Dominion”
(haciendo posiblemente referencia a que fue el primero -y por ello el más
antiguo- de los dominios ingleses en ultramar).
En sus escudos, todos los Estados tienen mottos o lemas que adoptaron en su
momento (la mayoría en el siglo XIX) con la intención de describir formalmente
el espíritu que los inspiraba. De la misma manera que “In God we trust” es el lema oficial de Estados Unidos, cada uno
de los Estados que lo integran tiene un lema propio y no solo en inglés,
sino en latín (la mayoría), griego, italiano, francés, samoano, una lengua
indígena o… español.
“¿Uno solamente? Qué raro” –pensé-
“Bueno, será Texas, California, Arizona, Louisiana, Nuevo México, Puerto Rico,
en fin, alguno de los que limitan con México o que hayan formado parte de
España en el pasado”. Pues no, y cuando lo supe me quedé puesta: Montana. Justo
en el otro extremo, en la frontera con Canadá. O sea, que mi instinto
deductivo, una vez más, fracasó estrepitosamente.
El lema de Montana dice “Oro y plata” y
refleja el descubrimiento de oro en las montañas de Nevada en 1862 y
seguidamente de plata en 1865, lo que originó una “fiebre del oro” en la región
y su desarrollo. La razón de ponerlo en español fue tan prosaica como que
sonaba bien en el idioma de Cervantes (es más, el lema inicial estaba en un mal
español y decía “Oro el plata”; afortunadamente, alguien con un poco más de
conocimiento lingüístico lo corrigió).
Pero aquí los Estados tienen símbolos oficiales
de todas las categorías: flores, árboles, pájaros, colores, anfibios, comidas,
piedras, telas, canciones… y todas ellas las explotan para los negocios.
Aunque, ahora que lo pienso, mi “Asturias, patria querida” y “Paraíso Natural”
con su flor galana y sus fabadas; con los osos, los robles y las gaitas; los
oricios, la sidra y los hórreos… también explota sus símbolos de manera
eficiente. Creo que voy a proponer al Principado que al traspasar nuestros límites
coloque señales que digan “Siempre listos para los negocios”. A ver si así
salimos de la crisis.
Me ha encantado este post, una vez más educativo y divertido. He aprendido un montón. Gracias y lo de Asturias me ha parecido la bomba.
ResponderEliminarBesos desde el desierto.
Jaja. ¡A lo mejor en Bilbao también les interesa la idea!
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