lunes, 11 de febrero de 2019

DUMBO, que no Dumbo

Sabía que iban a saltar como resortes. “Hoy vamos a ver DUMBO”. Tanto mi hubby como los tres adolescentes que tengo en casa dejaron sus pantallas electrónicas y me miraron horrorizados. Disfruté esos segundos.

Potomac, Maryland, está a escasas cuatro horas de viaje de Nueva York y cuando extrañamos el bullicio, las luces de neón y la actividad frenética de una gran ciudad basta con que nos levantemos a nuestra hora normal y antes de mediodía ya podemos estar entrando por la puerta de un restaurante en Chinatown.

En esta ocasión, para acallar las críticas de la prole a nuestra forma dictatorial de organizar los viajes, decidimos que con unos días de antelación cada uno propondría una actividad y que procuraríamos hacerlas todas. Hicimos nuestras pesquisas y el sábado por la mañana salimos con una lista que incluía una visita a un museo, un concierto de jazz, una tienda coreana de personajes de ficción, un obrador de pastelería de un programa de televisión y una antigua fábrica reconvertida en galería gastronómica. Un plan variado en barrios muy distintos de Manhattan, que conseguimos cumplir para satisfacción de todos y que incluso permitió que soltara la frase que los dejó puestos: “Hoy vamos a ver DUMBO”.

“¿Una matinée de dibujos animados? Ni hablar”, fue lo más suave que escuché. “Un momento, haya paz. Iremos a ver DUMBO, que no Dumbo”. Down Under the Manhattan Bridge Overpass (DUMBO) es una zona de Brooklyn situada debajo del puente que lleva a Manhattan cruzando el East River. Es un barrio que se ha recuperado de su pasado industrial para convertirse en una de las zonas más alternativas y de moda de la ciudad. Sus estrechas calles de adoquines, las antiguas fábricas reconvertidas en lofts, galerías de arte o tiendas de moda, el carrusel de 1920, los comercios y restaurantes junto al río fueron un descubrimiento para todos. 

La mejor forma de llegar a DUMBO es cruzando el puente de Brooklyn, una de las mejores experiencias de Nueva York. Recorrer sus 1,8 kilómetros a pie, en bicileta o en coche (por un paso inferior) permite tener las mejores vistas y fotografías del característico perfil de Manhattan.

Inmortalizado por el cine en innumerables ocasiones, el puente de Brooklyn es un símbolo histórico de Nueva York y uno de los puentes más famosos del mundo. Películas como Manhattan, Tarzán en Nueva York, Los caballeros las prefieren rubias, Fiebre del sábado noche, Taxi Driver, Godzilla, Erase una vez en América… han contribuido a su mayor gloria. Pero si hay un director de cine maestro en retratar Manhattan es Woody Allen y si hay una película que tenga el puente de Brooklyn como referencia espacial, temporal o emocional esa es Annie Hall, su primer gran éxito cinematográfico con la que consiguió 4 Oscars en 1977.

Pero muchos años antes nuestro Federico García Lorca tampoco pudo resistirse a la poderosa presencia del puente de Brooklyn y le dedicó su poema “Ciudad sin sueño (Nocturno del Brooklyn Bridge)", del libro Poeta en Nueva York.  Aquí os dejo un link para que lo podáis leer, un poema oscuro con una fuerza abrumadora de la época más desconocida de un autor que nos dejó demasiado pronto.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias por leerme siempre, Natalia. He añadido un link al poema. Alimento para el alma.

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